El escritor chileno inauguró una nueva temporada del programa Libros Al Aire de Radio UdeC, donde presentó su libro publicado por Vísceras Editorial: un recorrido por las huellas que deja el tiempo en la memoria.
Hay libros que se escuchan como un eco, como una vieja canción que uno no sabe por qué recuerda. Así ocurre con El pasado es un durazno sangrando, el nuevo libro del escritor chileno Víctor Hugo Ortega, quien fue el invitado central en el programa Libros Al Aire de Radio Universidad de Concepción, para hablar de su nueva obra íntima, visceral y profundamente nostálgica, publicada por la editorial penquista Vísceras Editorial.
Durante la conversación, Ortega ahondó en la memoria y en la nostalgia, que —como bien sugiere el título— va dejando rastros dulces, pero también punzantes. En cada página de su libro habita una infancia que se muestra con toda su crudeza: la calle, la familia, los afectos quebrados y los descubrimientos a medias. “Hay un tipo de belleza en recordar lo que dolió”, dijo el autor, aludiendo a ese ejercicio de escritura que, más que cerrar heridas, las mira con respeto.
La entrevista, guiada por el equipo de Libros Al Aire, permitió explorar no solo los pasajes de este nuevo libro, sino también el lugar que ocupa Víctor Hugo Ortega dentro de una generación de escritores que prefieren el testimonio al artificio, la herida al adorno. Con una prosa que no teme mostrar lo feo, lo sucio o lo incómodo, Ortega construye relatos donde la nostalgia no idealiza: revela, confronta, expone.
El respaldo de Vísceras Editorial, joven sello penquista que ha sabido hacerse un espacio en la escena literaria nacional apostando por obras de alto voltaje emocional y estético, marca también un gesto político y poético: publicar libros que no temen sangrar.
La entrevista completa está disponible en el sitio de Radio UdeC: radioudec.cl/libros-al-aire, y es una invitación abierta a escuchar no solo a un autor, sino a reflexionar sobre una sensibilidad que se ha vuelto cada vez más necesaria: la de mirar hacia atrás sin nostalgia fácil, con la conciencia de que en cada recuerdo habita también una forma de resistencia.

